¿Vale la pena ver Los juegos del hambre: balada de pájaros cantores y serpientes?

Zamira Caro Grau
Esta historia comienza 64 años antes de que Katniss Everdeen se ofreciera como voluntaria del Distrito 12 en lugar de su hermana Prim para la edición 74 de los Juegos del Hambre. Comienza con los décimos Juegos del Hambre, en un momento de crisis para el gobierno tras la Guerra Civil ya que los ciudadanos de Panem no estaban tan interesados en ver el programa. Comienza con un cambio, pues es la primera vez que usarán la figura de los mentores -lo que alguna vez sería Haymitch para Katniss y Peeta- en los juegos. Comienza, entonces, con un presidente Snow que en ese momento era conocido como Coriolanus Snow, jóven, huérfano, inteligente y en necesidad de dinero.
Este es un año diferente para los Juegos del Hambre, un año en el que o las cosas cambian, o se acaba la masacre que algunos creen necesaria para mantener un orden entre los distritos. Es por eso que los mejores alumnos de la Academia del Capitolio deben convertirse en mentores de los tributos, para transformarlos en un espectáculo que la gente sí se interese por ver. Esto es especialmente importante para Snow, quien en ese momento necesita el dinero del Premio Plinth, otorgado a quien logre esto con su tributo, para sacar a su prima Tigris (Hunter Schafer) y a su abuela de la miseria en la que se encuentran.
Es así como Coriolanus Snow, interpretado por Tom Blyth, conoce a Lucy Gray Baird, interpretada por Rachel Zegler, la joven tributo del Distrito 12, quien es reconocida principalmente por sus cantos y composiciones, pero también por su actitud rebelde y desafiante ante las órdenes del capitolio. Así comienza esta historia de traición y violencia.
Los aciertos de Balada de pájaros cantores y serpientes
Francis Lawrence, quien también llevó el mando en En llamas y Sinsajo, logra que Balada de pájaros cantores y serpientes, nueva adaptación cinematográfica del libro homónimo de Suzanne Collins, no sea tímida en mostrar la crueldad de los juegos. En las primeras entregas de Los Juegos del Hambre nunca se ve de manera tan gráfica los asesinatos y las agresiones que algunos tributos se ven obligados a cumplir para salir con vida de la arena, pero en esta oportunidad sí.
Además, es interesante ver cómo en esta película Panem apenas es una construcción lejana de lo que eventualmente conocemos. Por un lado no se ven vestidos extravagantes o edificios con alta tecnología ni mucho más, y por el otro los tributos no son tratadas como lo vemos en la llegada de Katniss y Peeta, con equipos de maquillaje, comida y más, sino como animales peligrosos, tanto así que a su llegada al Capitolio los dejan en un zoológico para que las personas puedan visitarlos en una jaula.
Además, hay temas importantes que se revelan en esta película, como el hecho de que el padre de Snow, quien fue asesinado cuando él era un niño, fue reconocido como el creador de los juegos del hambre tras robar la idea de su mejor amigo, Casca Highbottom (Peter Dinklage), quien es ahora el Decano de la Academia.
Sin embargo, el verdadero acierto de esta película está en cómo logra que el espectador quiera al villano y tenga esperanza en que no se convierta en lo que ya sabemos que es. Snow es un personaje complejo y manipulativo que solo después de dos horas de película es que uno como espectador se da cuenta de que, de alguna manera, también nos manipulaba a nosotros.
El arco del personaje es maravilloso, y la complejidad de su relación con Lucy Gray, de quien se enamora, es el motivo por el cual uno cree que hay posibilidad de cambio, incluso sabiendo quién es Snow en la saga original de Los Juegos del Hambre.
Lo cierto es que en esta película se logra ver cómo este joven de 18 años se convirtió en el presidente que conocemos y odiamos en las películas más adelante, y más allá de eso, también entendemos la conexión que él tiene con la rebelión y por qué Katniss fue, desde el primer momento, un recuerdo de su traición a quien alguna vez fue y a la mujer que dijo amar.
Un fantasma en la rebelión de Los Juegos del Hambre

Katniss, desde la simpleza de su nombre, es un recordatorio al presidente Snow de que Lucy Gray jamás dejará de estar en su vida, ni de hacerle pagar por sus decisiones.
Todos los aspectos que conocemos de la rebelión en el Distrito 12 están conectados a esta historia de amor que se convirtió en traición y forjó el carácter del presidente: la canción que Katniss canta sobre un hombre ahorcado en un árbol fue compuesta por Lucy Gray y pasada por generaciones como un símbolo de rebelión en este distrito y el sinsajo, el símbolo más importante de la lucha, fue también el apodo que el capitolio le dio a Lucy, el de un “pájaro cantor”.
En fin, con esta película entendemos que Katniss Everdeen siempre fue una amenaza para Snow, simplemente porque era el karma reencarnado.
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