Los nuevos retos en la búsqueda del amor

Andrea Vega
Mientras el mundo conmemora el Día Internacional de los Trabajadores, hay otros que celebran el Día Mundial del Amor. Esta efeméride, impulsada desde 2004 por la organización sin ánimo de lucro Love Foundation, nace con un mensaje poderoso y simple: el amor comienza conmigo. Su propósito es tan amplio como urgente: recordar que el amor incondicional, la solidaridad y el cuidado —propio y ajeno— pueden y deben ser actos cotidianos. A través de eventos, encuentros y pequeños gestos, esta fecha invita a detener la marcha, mirar al otro con compasión y reencontrarse con lo esencial.
En Diners le contamos cómo algunos colombianos se animan a entrar al mundo del amor a través de lo propio o las apps de citas tan utilizadas en estos tiempos:
Diana estaba en una reunión virtual en su oficina. De pronto, recibió una llamada telefónica que no esperaba: era un hombre que había conocido ese mismo día en una aplicación de citas y con el cual había intercambiado un par de mensajes. Con la complicidad de la cámara y el micrófono apagado, su emoción superó la concentración en su trabajo y contestó la que sería una de las llamadas más raras que ha tenido hasta el momento.
“Mira —decía la voz de un hombre de alrededor de 35 años al otro lado del teléfono—, no quiero perder mi tiempo ni hacértelo perder a ti. Por eso te voy a hacer unas preguntas para ver si somos compatibles. Hay varios tipos de química: la sexual, la física, la del pensamiento, la emocional. Dime cuáles son para ti las dos más importantes y por qué”.
Aunque su experiencia en investigación de mercados la tenía entrenada en todo tipo de cuestionarios, esta clase de preguntas la dejaron atónita y marcaban un nuevo hito en su lista de “matches raros”. Ella se debatía entre lo raro del personaje y en pensar en qué responderle. Al final de la llamada, Diana le dijo que eso no iba a llegar a ningún lado y usó su reunión como excusa para colgar. Luego lo eliminó y lo bloqueó de su teléfono.
Todos los que nos hemos embarcado en la búsqueda del amor en las últimas décadas, especialmente los que hemos camuflado flechas de Cupido con mensajes de texto o notas de voz en una aplicación, tenemos historias que, de lo absurdas —para bien o para mal—, superan la ficción.
Encontrar el amor —entendiendo este como un sentimiento que nos une a una pareja para tener una relación seria (ni siquiera hablemos de matrimonio)— parecería una de las cosas más difíciles de lograr en estos tiempos de hiperconexión tecnológica y paradójica desconexión humana.
¿Acaso hoy en día es más difícil que antes encontrar una pareja?, ¿es más complicado para las mujeres que para los hombres?, ¿cómo podemos conectarnos profundamente con alguien?, ¿es necesario encontrar una pareja?
En el amor, no eres tú, soy yo
Alejandra es una apasionada por el tenis y los festivales de música. Esta bogotana de 34 años está soltera. A pesar de que conoce gente por intermedio de sus amigos cercanos, en conciertos y por aplicaciones de citas, asegura que encontrar a alguien que “valga la pena” hoy en día es muy difícil.
“No sé si es porque de pronto soy muy exigente, pero no creo que sea imposible encontrar a alguien como lo espero”, señala. Su candidato para una relación estable debe tener proyección, mente abierta, afición por algún deporte o el ejercicio, espontaneidad, valores familiares y estabilidad emocional y laboral.
Silvia Llop, psicóloga española especialista en relaciones, destaca razones culturales, biológicas y emocionales por las cuales se cree que en la actualidad resulta más difícil para las mujeres encontrar pareja que en épocas pasadas.
“Es más difícil, pero no solamente para las mujeres; a los hombres que se quieren comprometer también les pasa lo mismo porque ahora no hay una obligación cultural de casarte joven, tener hijos, tener esa vida tan ‘reglada’ que antes parecía que si no vivías eso habías fracasado. Ahora toda la gente que no quiere relaciones se ha apartado de ahí y se posiciona en otro lugar. Entonces, la sensación que tenemos es que cuesta más conseguir una pareja porque no todo el mundo se presta a ello”, afirma Llop.

Según la experta, otro factor que incrementa el deseo de algunas mujeres por encontrar una pareja estable se deriva de la presión biológica sobre la maternidad. Si bien cada vez más personas deciden conscientemente no tener hijos —o tenerlos sin una pareja—, es cierto que para muchas mujeres que sueñan con ser madres la ansiedad por encontrar a alguien comienza su ascenso a medida que la cuarta década de vida se acerca.
“Los hombres no tienen esta presión encima. Aun cuando algunos quieran ser padres y formar una familia, no tienen ese apremio biológico y eso les facilita todo. Entonces se lo toman con más tranquilidad”, agrega.
Por último, la psicóloga considera que, al contrario del imaginario que aparece en muchas conversaciones de amigas, la idea de que para los hombres es más fácil conseguir pareja que para las mujeres podría ser una creencia limitante.
“Imagínate que has tenido una ruptura que ha sido traumática y te has cerrado un poco. Si no trabajas lo que te pasó, lo más fácil es que cuando te quieras abrir no estés disponible, aunque creas que sí”, señala Llop. “Entonces vas buscando y, al final, te encuentras con todos los hombres no disponibles que hay en Colombia y piensas que los hombres no quieren relaciones. Es una creencia tuya, que vas reforzando porque la vas viviendo”.
“En el mundo hay hombres que quieren compromiso y hombres que no lo quieren. La cuestión es que si tú te encuentras solamente los que no lo quieren, hay algo dentro de ti que tienes que ver”, remarca.
¿Soledad o solitud?
Para Catalina, las ganas de encontrar pareja varían mucho y dependen del mood en el que se encuentre. Su trabajo como encargada de los sistemas de información en una multinacional, su pasión por los deportes, los planes con sus amigos, la música y los viajes la mantienen suficientemente ocupada.
“Hay semanas en las que pienso que no tengo tiempo para estar dedicada a una persona. Me gusta mucho la libertad de escoger qué es lo que voy a hacer y cuándo lo voy a hacer, lo cual no es que se extinga con una pareja, pero sí toca pensar más en el otro, y en este momento solo quiero pensar en mí y en mi perro”, señala.
Como buena ingeniera, su pensamiento es muy práctico, incluso en el amor. Hace más de diez años que tuvo su relación más estable y no le hace falta. A sus 34 años, vive una soltería sana y feliz, y considera que estar a solas es el primer paso para —si se llega a dar— estar con alguien.
“Aunque estoy muy lejos de ser reina de la autoestima, a mí me gusta estar conmigo misma. Yo puedo ir a un concierto sola y lo disfruto muchísimo; no tengo que estar con alguien al lado para hacerlo. Puedo ir a comer y no va a pasar nada si no tengo compañía. Estar solo también ayuda a percibir el entorno de manera diferente: cuando viajo sola, por ejemplo, reviso muchos detalles de las personas, la arquitectura del lugar donde estoy y pienso en mi futuro”, asegura.

“Por lo general, se asocia que la soltería es estar en soledad y no necesariamente eso es cierto. El concepto mayor es solitud, que se refiere a la decisión personal de permanecer solo sin el estrés emocional de tener a alguien al lado”, aclara el psicólogo David Bonilla.
“La soltería debería ser el primer paso para estar en pareja, y más en una sociedad como la nuestra, que nos vende la idea de que tenemos que estar con alguien constantemente. Entonces parece que tú sales del colegio, te gradúas de la universidad, consigues pareja y ya”, manifiesta.
De acuerdo con el experto, la solitud es el concepto positivo de la soledad, donde se disfruta del tiempo consigo mismo, de no tener que rendir cuentas a nadie, donde es posible entender los intereses propios, comprender las motivaciones, desarrollar las competencias y pensar en un proyecto de vida individual. “¿Qué va a garantizar esto? Que si yo me uno con otra persona podamos tener mi proyecto de vida, el suyo y el nuestro como pareja”, agrega.
La psicóloga Silvia Llop coincide. “Creo que es muy importante tener una época de soltería en la que te sientas feliz, porque si tú puedes construir una vida bonita sin necesitar una pareja, entonces vas a poder elegir una buena pareja”, afirma.
Conexiones verdaderas
La relación entre Jennifer y Philipp ha sido todo, menos tradicional. A comienzos de 2019 se conocieron en la aplicación Inner Circle y su primera conversación trató sobre acné facial. Aunque no compartían el mismo contexto de crianza —ella creció en Duitama y él entre Colombia y Suiza—, y a pesar de que él se salía del prototipo de hombre acuerpado al que Jennifer estaba acostumbrada, la conexión que lograron con sus chats tensó el hilo invisible que supuestamente une a las almas gemelas.
“Philipp rompió los esquemas que tenía de guiarme solo por el aspecto físico en lugar de ver la realidad de una persona; en aquel entonces me dejaba llevar por la superficialidad del otro, pero le di la oportunidad”, comenta Jennifer. La pareja se comprometió en los Alpes suizos en mayo de 2022 y se casó en una ceremonia espiritual en febrero del año pasado.
Para desarrollar conexiones profundas, los expertos coinciden en la necesidad básica de conocerse a sí mismo, analizar cuáles son sus estándares: los mínimos en una pareja que usted necesita para ser feliz a largo plazo. Esto lo puede averiguar viendo qué ha sucedido con sus parejas anteriores, qué funcionaba y por qué se rompieron sus relaciones.
“Imagínate que uno de mis estándares es que la persona sea cariñosa. Si yo empiezo a conocer a alguien que es como un témpano de hielo, me puede gustar mucho y me lo aguantaré un rato. Pero yo sé, porque me conozco, que al llegar a un punto de la historia diré que necesito a alguien cariñoso”, señala Llop.
Para esta experta en relaciones, el centro de todo está en la autoestima. Cuando ponemos el foco en nosotros nos damos cuenta de que la mitad de las decisiones son mucho más sencillas de tomar porque ya no nos centramos en el otro ni en cómo enamorarlo. “Hay una frase que yo digo mucho, que es ‘Pon el foco en ti’, porque muchas veces nos perdemos preguntándonos ¿qué quiere el otro?, ¿por qué actuó así?, ¿por qué me hizo ghosting (desaparecer)? Mejor pregúntate lo siguiente: ¿esta forma de actuar me hace sentir bien? ¿Quiero estar con alguien que tenga este tipo de actitudes? ¿Me sirve para algo en mi vida?”, señala.
La soltería todavía tiene muchas cargas en la actualidad y su peso solo lo determina quien quiera o no llevarlas. Hoy, más que nunca, podemos definir nuestros propios conceptos de familia, de sexualidad y, sobre todo, de amor. Ya sea que su sueño sea tener una familia numerosa, vivir sola con sus gatos cerca del mar o encontrar una pareja para compartir su jubilación, espero que la felicidad lo acompañe en cualquiera que sea su búsqueda.
El fenómeno de los perma-singles en el amor
Cada vez más personas en el mundo encuentran plenitud y felicidad genuina en la soltería. Si usted ha elegido no tener relaciones a largo plazo, mucho menos matrimonio y no le interesan las citas, podría considerarse parte de un nuevo grupo en tendencia: los perma-singles (solteros permanentes).
Según la Encuesta sobre Amor y Matrimonio 2023, realizada por el Recruit Bridal Research Institute de Japón, el 34 % de los solteros de entre 24 y 49 años nunca ha tenido una relación sentimental y no le interesa casarse. Los hombres exponen razones financieras, mientras que las mujeres argumentan restricciones en las actividades y el tiempo, o simplemente no sienten la necesidad.
En un informe del Pew Research Center se reveló que una cuarta parte de los estadounidenses de 40 años no se ha casado nunca, un aumento bastante significativo respecto al 20 % que se registraba en 2010 y el 6 % en 1980. En el Reino Unido, por primera vez, la mayoría de los adultos de entre 30 y 34 años no están casados, pasando del 49,2 % en 2011 al 58,9 % en 2021.
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