Cartas a Van Gogh, de Paul Gauguin
Paul Gauguin
El artículo Cartas a Van Gogh, de Paul Gauguin fue publicado originalmente en Revista Diners Ed. 299 de febrero 1995
Cartas a Van Gogh, de Paul Gauguin, la primera de Pont- Aven, 24 de julio de 1888

Pintura: Granja en Provence. Vincent van Gogh de 1888. Actualmente la pintura está en Galería Nacional de Arte, Colección Ailsa Mellon Bruce de Washington D.C.
Acabo de leer tu interesante carta y estoy completamente de acuerdo con lo que dices acerca de la poca importancia de la precisión en el arte…
El arte es una abstracción que desgraciadamente supone que uno se vuelve menos comprensible. Espero que pronto alcancemos nuestro objetivo, esto es, mi viaje a Provenza.
Siempre he tenido la manía de interpretar las corridas de toros según mi propio estilo y tal como yo las entiendo. Estoy empezando a recuperar la libertad física. La enfermedad me ha debilitado, pero en mis estudios más recientes he superado lo hecho hasta ahora.
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Naturalmente, la banda de patanes que hay aquí piensa que estoy completamente loco, cosa que encuentro de lo más gratificante, pues para mí es prueba de que no lo estoy. Estoy acabando un combate de lucha bretona y que estoy seguro de que te agradará* (…)
De no ser por el maldito asunto del dinero, ya tendría hecho el equipaje. No sé por qué, pero en los últimos diez días o así, se me ha pasado por la cabeza un montón de fantasías pintadas que quiero llevar a cabo en el Midi.
Me parece que esto se debe a que mi estado de salud se ha vuelto de lo más lozano. Se diría que tengo necesidad de luchar, de tallar las cosas a golpes, como un cantero. Tras todos los experimentos que he intentado aquí, me parece que dispongo de energía para progresar fácilmente en el futuro.
Cartas a Van Gogh, de Paul Gauguin, la segunda en Pont- Aven, 27 de septiembre de 1888

Pintura: Watermill in Pont-Aven. Paul Gauguin de 1894. Actualmente está exhibida en Musée d’Orsay de París.
… Acabo de dar fin a un cuadro religioso muy mal realizado pero que me ha interesado en gran medida y que me gusta. Quería donarlo a la iglesia de Pont-Aven. Naturalmente no les ha interesado nada de nada. (…)
Cartas a Van Gogh, de Paul Gauguin, parte final
No hay ni que pensar en que me instalé en un estudio, aquí en el norte, pues cada día espero efectuar una venta que me permita escapar de Pont-Aven. Las personas que me dan de comer aquí, el médico que cuida de mí, me fían y no aceptan como garantía un cuadro ni ninguna de mis ropas. Su comportamiento conmigo es perfecto.
No puedo aprovecharme de ellos sin cometer un acto diabólico que me alteraría profundamente.
Si fueran ricos o ladrones, no tendría escrúpulos. Así pues, esperaré. Si por algún motivo llegara el día en que pensaras de distinto modo* y creyeras que deberías decirme: “Demasiado tarde…”, me gustaría que lo hicieras de inmediato.
¡Bien, ahí está! Quiero pensar lo menos posible en el fruto prometido… al menos mientras espero mejores días, pues así puedo huir de esta mísera existencia que, con excepción de mi trabajo, pesa terriblemente sobre mí.