La historia del lujoso libro de Fernando Botero que se lee con guantes blancos

Diners conversó con el español Marc Buil, director del sello editorial Artika, que lanzó un libro sobre la serie del Vía Crucis de Fernando Botero, que vale cerca de 40 millones de pesos y solo se puede apreciar con guantes de algodón.
 
La historia del lujoso libro de Fernando Botero que se lee con guantes blancos
Foto: Foto Cortesia de: / Vía Crucis por ARTIKA
POR: 
Sandra Martínez

Un Cristo crucificado  y con la  piel verdosa aparece en medio del Central Park de Nueva York mientras la gente camina como si nada sucediera. En otro óleo, un policía colombiano, en cambio del legionario romano, golpea con un bolillo el cuerpo de Cristo mientras carga la cruz. Hay silencio en la sala. Todos miran con detenimiento los detalles. Estas obras hacen parte de la serie del Vía Crucis, realizada por el maestro Fernando Botero entre 2010 y 2011.

Las obras fueron expuestas por primera vez en la galería Marlborough de Nueva York. Y son, en conjunto,  una visión contemporánea del sufrimiento humano, más que una visión religiosa de las últimas horas de la pasión y muerte de Cristo. 

Ahora están también plasmadas en un nuevo libro publicado por Artika, una editorial del grupo Planeta especializada en artistas. La edición, que incluye en la portada un dibujo inédito, tiene, además  dos libros: el de dibujo, en el que vienen  los 34 dibujos de esta  serie, reproducidos con absoluta fidelidad,  y  uno de estudio, con cuatro artículos sobre el artista vivo más importante del país, escritos por el exdirector general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, el crítico estadounidense David Ebony, la directora general del Museo de Antioquia, María del Rosario Escobar y el curador Camilo Castaño. 

El maestro Fernando Botero junto a algunos de sus dibujos. Foto cortesía Artika.

“Estas últimas décadas de la producción de Fernando Botero no han sido lo suficientemente estudiadas. Se da por sentado que conocemos  su obra. Su celebridad, a veces, opaca el conocimiento sobre su trabajo.¡Son gordos y ya! Y resulta que este último Botero tiene una madurez que lo lleva a transitar por todas esas referencias de la historia del arte occidental de una manera muy  personal y versátil”, le explica a Diners Camilo Castaño, curador investigador del Museo de Antioquia,  y autor de unos de los ensayos del libro. 

“En esta mirada de la tragedia, la tortura y el dolor vemos a un Botero con mucha oscuridad, en medio de tanta luz y color; es un Botero rico en significados y, sobre todo, en profundidad (…)  En series como el Vía Crucis es donde uno observa esa seriedad con que el maestro asume su trabajo, pero también esa  gran sensibilidad que tiene”, asegura Castaño. 

Diners conversó con Marc Buil, director del sello editorial Artika, quien utilizó unos guantes blancos durante la entrevista para mostrar las páginas de este libro, que fue lanzado en el Museo de Antioquia y en el mismo año que Fernando Botero cumplió sus 90 años. 

Este es el segundo libro de Fernando Botero con Artika (el primero fue el de las mujeres). ¿Por qué decidieron enfocarse esta vez en la serie del Vía Crucis

Sí, así es, este es el segundo libro con el maestro Botero, y es porque él ha renovado la confianza con nosotros. Esto es muy importante, porque el primer libro nos costó muchísimo trabajo hacerlo. Estuvimos dos años tras él para que nos diera su visto bueno. A él le encanta trabajar, así que pensaba ‘si me van hacer un libro, me van a quitar horas para pintar’. Lo que hicimos fue enviarle una de nuestras ediciones,  no recuerdo si la de Picasso o  la de Sorolla,  y en este momento  él entendió lo que hacíamos, porque esto es algo que va mucho más allá de un libro…

Y luego ¿qué pasó?

Como entendió el concepto, dijo sí, me interesa estar en esta colección.  Hicimos el libro, quedó completamente satisfecho, tanto así que cuando lo presentamos en Madrid, él mismo nos dijo que podíamos  hacer otra obra y que tenía claro que sería con el Vía Crucis.  En ese momento, Botero tenía 86 años y los médicos le habían recomendado no realizar más viajes transatlánticos.  Así que, de alguna forma, hacer el libro con esta serie era una manera de regresar  a su Colombia natal y a sus orígenes. 

¿En qué sentido?

Por un lado,  en esta obra hace un homenaje a  Colombia, porque esta serie la cedió en 2012 al Museo de Antioquia, de hecho ha querido que toda la recaudación que se haga con el libro vaya al museo. Y, por otro lado, en  el Vía Crucis están todos los artistas que lo influenciaron en su etapa inicial, cuando aprendió en los museos europeos a observar y dibujar  las obras de  los grandes renacentistas;  es como un  homenaje a lo que lo ha llevado a ser el artista que es hoy en día. 

Via Crucis Artica Botero
Foto cortesía Artika.

¿Qué tanto facilitó el proceso que toda la serie estuviera en el Museo de Antioquia?

Nuestros proyectos siempre duran, en promedio, cinco años. Hay varias fases, lo primero es el contacto con el artista,  y en este ya nos saltamos este paso;  luego, nos sentamos con el artista y  empezamos a hacer una lluvia de ideas para saber qué hacer; el anterior fue sobre las mujeres, pero pueden ser mil temas; después, hay que buscar dónde está toda la obra,  algo que a veces resulta muy complejo. Los dibujos de Frida Khalo, por ejemplo, estaban en colecciones privadas regadas por  todas partes del mundo. 

Así que en este caso sí nos facilitó que todo estuviera catalogado en el museo. Pero claro, hemos tenido una pandemia de por medio que no nos ayudó  tanto con el trabajo. Luego, entramos en la fase del diseño, a la cual le damos una importancia muy grande, porque pensamos que más  que un libro esto es una pieza de arte y  buscamos siempre que respire mucho la esencia del artista. 

Y en este caso, ¿qué pensaron para el diseño?

El maestro Botero ha hecho un Vía Crucis con una visión muy contemporánea. Así que el estuche también tenía que respirar eso, no podía ser un estuche más clásico, que es lo primero que se te viene a la cabeza si piensas en este tema. Y aquí buscamos algo completamente rompedor.  Hicimos diez prototipos diferentes con diversos diseños y, al final,  tenemos este con metracrilato, que además viene en color  rojo y tiene un marco lateral extraíble.

De hecho, ¿la carátula es una obra inédita?

Sí, el maestro donó al museo toda la serie, 34 dibujos, que están aquí  reproducidos en facsímil,  con los tres puntos de cola y en el mismo papel que el original – es casi como tener un original en casa-,  más  los 27 óleos, pero el maestro  solo se quedó con un óleo y por eso está en la portada.  Se llama Cerca de la cruz y representa a  María Magdalena.  Es la primera vez que  sale de su estudio y esto, sin duda,  le da un valor adicional. 

Marc Buil Artika
Marc Buil, director del sello editorial Artika. Foto cortesía Artika.

¿Qué dijo Botero al ver finalizado este libro?

La verdad, es que él se emociona mucho con todo, con el de las mujeres también fue igual. Le íbamos enseñando cada cosa en su estudio,  aunque no supiera bien todo el trabajo que había detrás de cada parte del  proceso.  Al final es un orgullo para todos verlo terminado. 

¿Es una edición limitada de 2.998 ejemplares?

Es una producción artesanal que, poco a poco, va saliendo.  Queremos asegurar que las primeras ediciones que salgan lleguen a Colombia y por eso mismo hemos hecho el lanzamiento en Medellín. 

Al final del libro hay un acta notarial que certifica que es una edición limitada, numerada,  y de esa cantidad 200 estarán firmados a lápiz por el maestro y tendrán un valor de 8.000 euros (un poco  más de 39 millones de pesos), mientras que las otras valdrán 4.500 euros (22 millones de pesos). 

¿Qué balance hace de estos veinte años trabajando en este nicho tan específico de libros de lujo?

Pues mira, nosotros no nos miramos en el mercado editorial; de alguna manera, hemos creado una categoría en el mundo del arte, estamos más cercanos al arte que al libro, de hecho, vamos a ferias de arte contemporáneo y no a ferias de libros.  Y el balance es muy positivo, al principio nos costaba mucho conseguir un artista, pero ahora nos buscan. Nosotros no hacemos gran publicidad, es el boca oreja, los artistas siempre quedan muy contentos, somos como sus embajadores, y los clientes te llaman a decir que te agradecen por tener la obra de un artista en su casa. 

Fernando Botero Via Crucis
Foto cortesía Artika.

Fernando Botero es el primer artista latinoamericano que sacaron en su colección, ¿qué significa para ustedes esto?

Significa mucho, arrancamos hace veinte años y  es verdad que por nuestra historia comenzamos con artistas españoles, porque tienes que darte a conocer primero  y generar credibilidad. Así que nos fuimos ganando la confianza y poco a poco nos hemos ido abriendo a mercados internacionales  y a buscar no solo artistas españoles sino aquellos que sean reconocidos en todo el mundo, como Botero. 

¿Cómo les ha ido en sus planes de penetrar en el mercado latinoamericano?

La pandemia de alguna forma lo complicó un poquito más, pero estamos teniendo muy buena acogida. Colombia y México son los dos países donde estamos vendiendo más, después de España. En Estados Unidos también vendemos bien  y vamos, poco a poco, expandiéndonos. Es verdad que es un crecimiento lento, porque son obras que requieren explicarlas, conocerlas, no se puede ir a prisa, así como no tenemos prisa a la hora de editar. 

¿Qué libro van a lanzar próximamente?

Encima de la mesa tenemos más de 14 proyectos diferentes, pero no podemos decir nunca cuál será el siguiente, porque, como te decía,  hay proyectos que se han tardado de cuatro a cinco años, pero otros han durado ocho años o se han quedado frenados en cualquier paso, así que nunca puedes asegurar cuál es el próximo lanzamiento. Pero sí te puedo decir que estamos trabajando con más artistas latinoamericanos.

Lea también: Beatriz González navega entre la bruma en su nueva exposición

         

INSCRÍBASE AL NEWSLETTER

TODA LA EXPERIENCIA DINERS EN SU EMAIL
noviembre
18 / 2022