Juan Cárdenas, el don de la originalidad absoluta

Revista Diners
El lugar en donde nació es un misterio que el propio Juan Cardenas corroboraba. Algunas biografías dicen que fue en Bogotá, otras en Popayán. Lo que sabemos con certeza es que nació en Colombia en 1939, en una época opaca y todavía envuelta en las vestiduras del siglo XIX, donde sobrevivían costumbres y entornos que el pintor no encontraría a su retorno, luego de una juventud y una formación en los Estados Unidos.
A los ocho años aterrizó con su familia, desde el Cauca, en Nueva York. En 1947, a pocos años del final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos iniciaba una época de prosperidad en diversos ámbitos. En medio del jazz, el rock and roll, Hollywood y las vanguardias que Nueva York acogía y devoraba, un Juan Cardenas joven comprendió su vocación luego de que su padre lo llevara al Museo Metropolitano. Allí se deslumbraría con obras que iban de la época antigua a la más contemporánea; la exploración que latía en piezas europeas desde el XIX hasta las llamadas vanguardias fueron las que más lo impactaron. Su trabajo se destacaría por un constante uso y una combinación de influencias como el expresionismo, el cubismo, el arte abstracto o el arte figurativo.
El historiador del arte Álvaro Medina ha dicho que su arte es difícil de categorizar: “La obra de Juan es de una originalidad absoluta que no tiene ninguna comparación con otros artistas del país y del mundo. Su singularidad lo convierte en un ejemplo de arte colombiano que no casa en el resto de esquemas y categorías de América Latina.”

En 1962 obtiene un título de Bachelor of Fine Arts de la Universidad Rhode Island School of Design. Presta servicio militar en la década de los sesenta como ingeniero de combate y logra evitar ser enviado a Vietnam. Su llegada a Colombia representa el encuentro con un país cambiado, sin barcos de vapor por el Magdalena, y una capital gris en donde se desempeña como caricaturista y docente. Entre 1969 y 1972 enseña en la Universidad de Los Andes, en 1973 tiene su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Bogotá y en 1974 recibe el Premio Nacional de Pintura y obtiene uno de los reconocimientos que evidenciaron una prolífica carrera.
Pintor de laberintos, retratista y paisajista de distintas épocas, caricaturista, Juan Cárdenas no cesaba de explorar una multiplicidad de temas en donde primaba la figura humana. A diferencia de su hermano, el artista Santiago Cárdenas, no pintaba obras grandes: dentro de pequeñas y medianas dimensiones, Juan lograba explorar distintas facetas y formas de la condición humana, atravesadas por una cotidianidad enrarecida y extensa, un humor forjado durante años trabajando como caricaturista y puntos de fuga en las formas y los espacios de cuadros y autorretratos que nos invitan a reflexionar y a contemplarnos en ellos.
(Juan Cárdenas: arte en planos diversos)

Su compromiso crítico le valió unas noches en la cárcel, luego de que publicara una sátira en donde representantes del gobierno se veían implicados en el tráfico de estupefacientes (cocaína). En la década de los 90 fue el encargado de diseñar dos de los billetes más icónicos que ha tenido el país: el de 5000 pesos, verde, que integraba el rostro del Poeta Jose Asuncion Silva con un grabado del Nocturno III y el de 20000, azul, donde se ve al científico Julio Garavito Armero y una impresionante ilustración de la luna.
Desde su primera exposición en 1973 en el MAMBO, pasando por la retrospectiva que hubo en 1991 de todo su trabajo hasta recibir la Orden de Boyacá en 2022, Juan Cárdenas no dejó de nutrir una obra y un legado que el país todavía está en la tarea de rescatar.