“Muchos piensan que Condorito es colombiano”, Claudia Stern

Óscar Mena
La primera vez que vi a Condorito fue en un supermercado, mientras avanzaba una finita fila de hambrientos compradores. No tenía más de 10 años, cuando pasaba página por página para ver si algo me causaba gracia. No lo hizo, pero sí me acostumbre desde entonces a echarle una ojeada a sus robustas tiras cómicas. Y es que a pesar de no calar en la mente de un niño con sus frases cargadas de sarcasmo e ironía, sí lo hizo esa figura que René Ríos Boettiger diseñó y que se ha convertido en un autor mítico para Latinoamérica, como asegura la historiadora, investigadora y profesora* chilena Claudia Stern.
Con el ánimo de entender más sobre su vida personal y el particular lenguaje de género que utilizó Boettiger, Stern reunió, ordenó y analizó las cartas familiares enviadas a René Ríos, lo que le permitió reconstruir esa historia secreta del caricaturista, que también es la de Chile y la del humor continental que atravesó la época.
Entre cartas muy personales

Stern accedió al archivo nacional. Según cuenta, fue una fuente inesperada: “Accedí a la colección epistolar a través de la Biblioteca Nacional de Chile y el nieto de Pepo y albacea de su obra fue muy generoso con información adicional y el acceso a los originales de su obra”. Cada carta fue leída no solo como un testimonio íntimo, sino como un documento histórico. “Hay una espacialización del tiempo y el espacio”, dice Stern. El archivo también permitió entender dinámicas sociales, políticas y familiares. “Lo lindo que tiene esta investigación es que también rescata toda esta dinámica de una familia que era muy unida.”
Y es que el autor escondió en Condorito aspectos de su vida, su personalidad, su felicidad y lo que le causaba gracia, por lo que hay que acercarse a su obra como un registro del humor de la época. “Las relaciones de género entre emisores y emisoras permiten ver cómo se construía la masculinidad moderna del siglo XX”. La lectura de Stern cruza lo emocional con lo político, lo privado con lo social. “La historieta y el humor gráfico son fuentes historiográficas que permiten abordar temas densos desde otro lugar”, explica.
Hay que leer a Condorito con el contexto de su época
Es verdad que los trajes ajustados de algunos personajes femeninos -como Yayita- en Condorito hoy no sobreviven a la cultura de la cancelación. Sin embargo, Claudia Stern asegura que, para entender esa y otras figuras creadas por René Ríos Boettiger, es vital considerar el contexto. “Si Condorito ha prevalecido todos estos años junto a lo más censurable de su humor, es porque las nuevas generaciones no se detienen a leerlo. Tal vez lo conocen, pero no le prestan atención. Entonces el personaje queda reservado para cierto público a nivel continental.”
Por otro lado, al ser una figura de talla mundial, Condorito se convierte en un personaje sin país. Leído desde Colombia, parece un coterráneo más. “Muchos piensan que Condorito es colombiano, y eso habla de cómo su figura traspasó fronteras”. Pero también sirve para mirar hacia adentro: “Condorito fue una forma de retratar socialmente la realidad… también desde su propia cotidianidad.”
Stern no busca hacer una biografía ni una historia del cómic. Le interesa el mensaje del autor: “Tomo tanto la clase como el género en su calidad de proceso histórico y también como estructura social.” Aun así, no busca complejizar innecesariamente. “Este libro no es denso, pero sí aborda temas densos. Apela a la risa como fuente de alegría.” Su conclusión es simple: “Es una oda a la vida.”
Si bien Stern no se anima a poner a René Ríos Boettiger en el mismo nivel que Quino, sí confirma que ambos son autores de universos paralelos que narran a Latinoamérica. “Tenemos que ver que, aunque Mafalda viene en forma de viñeta y Condorito en historieta, ambos son agudos observadores de su realidad cotidiana y de la sociedad, cosa que para su época es un logro mayor”, concluye Stern.
Ahora resulta ser un buen momento para acercarse al Condorito que aguarda con paciencia en el supermercado de la esquina. Para ver si ahora con 30 años, resulta divertido y puedo leer entre líneas los mensajes de Boettiger.
¿Quién es Condorito?
Si usted es centennial y no sabe quién es este cóndor, le contamos que es uno de los personajes creados por el chileno René Ríos Boettiger, más conocido como Pepo. Su primera aparición fue en 1949, en la revista Okey. Lo que empezó como una figura cómica que combinaba elementos del cóndor andino con los rasgos de un ciudadano de Latinoamérica, se convirtió en un fenómeno mediático que impactó en todo el continente. Desde su debut, se convirtió en un referente del humor gráfico, lo que le dio espacios en revistas, periódicos y suplementos por todo el mundo hispanohablante.

Hoy con 76 años, Condorito sigue construyendo un universo propio ambientado en la ciudad ficticia de Pelotillehue, donde están algunos de sus personajes recurrentes como por ejemplo: Yayita, el rival Pepe Cortisona, el compadre Don Chuma, entre otros. Las historias, generalmente breves y rematadas con un chiste visual, reflejan situaciones cotidianas marcadas por estereotipos, picardía y un humor muchas veces conservador. A pesar de las críticas por su tratamiento de género, clase o nacionalidad, el personaje se mantiene vigente y hace parte del imaginario popular de varias generaciones en América Latina.René Ríos Boettiger, conocido como Pepo, falleció el 14 de julio de 2000 a los 88 años. Sin embargo, Condorito continúa publicándose con su firma, como parte del legado humorístico y gráfico que dejó a América Latina y al mundo.
*Claudia Stern es investigadora Marie Slodowska-Curie en la Universidad Ca’ Foscari Venecia.