A la escucha: así es la exposición en Bogotá que le muestra a qué suena el mundo cuando cierra los ojos 

En el Centro Cultural de las Artes Delia Zapata se encuentra la instalación inmersiva À l’écoute (A la escucha), del colectivo internacional Soundwalk Collective. Esta obra transforma el sonido en una experiencia corporal y estará disponible hasta el 22 de junio. Aquí le contamos todos los detalles.
 
A la escucha: así es la exposición en Bogotá que le muestra a qué suena el mundo cuando cierra los ojos 
Foto: cortesía Centro Nacional de las Artes / Así se vive A la escucha, una forma de vivir el arte desde los sonidos.
POR: 
DANIEL ALEJANDRO PÁEZ

Entra a un pasillo negro, oscuro. No se distinguen los rincones ni las formas; solo se percibe la guía de un sonido que no se comprende bien de dónde viene, pero que orienta. Son sonidos de personas, de movimientos, del aire y de la naturaleza. Es una ruta de sensaciones que, poco a poco, conduce a un espacio amplio donde recostarse. Entonces aparecen los rostros, los paisajes, los colores que se confunden, y una atmósfera que invita a la pausa, a la reflexión, a escuchar con atención.

Así se siente participar en la exposición experimental À l’écoute (o A la escucha, en español), un recorrido sensorial que explora distintos tipos de narrativas con el sonido como eje principal. La muestra presenta un catálogo con las mejores piezas creadas por Soundwalk Collective, un grupo dedicado a la exploración audiovisual de los sentidos, que ha trabajado con artistas de renombre como Willem Dafoe y Natalia Lafourcade. Diners visitó esta instalación, la cual se presenta en la Sala Fanny Mikey del Centro Cultural de las Artes Delia Zapata Olivella hasta el 22 de junio. Le contamos los detalles. 

Una forma diferente de conocer el arte

a la escucha
Foto cortesía Centro Nacional de las Artes.

Esta propuesta es simple y radical, se trata de quitar la vista como sentido dominante y permitir que sea el cuerpo en su totalidad quien escuche. Al ingresar, los visitantes se descalzan y atraviesan un espacio oscuro, guiados únicamente por el sonido. Al fondo, una gran superficie acolchada -como una especie de cama sonora de siete por cuatro metros- vibra con las frecuencias de cada pieza. Todo cambia al recostarse sobre ella, pues se oyen los pasos y voces de personas alrededor del mundo, los ecos y cantos de diferentes comunidades junto a sus tradiciones, o tormentas y demás fenómenos de la naturaleza que invitan a sentir el clima. No como fondo, sino como algo que pasa por dentro.

Además, sobre los visitantes se suspende una pantalla que proyecta imágenes abstractas que acompañan el recorrido sonoro: nieblas, luces, brillos, texturas. No se trata de una narrativa con principio, nudo y desenlace, sino de una observación sensorial de situaciones que pueden sentirse familiares por medio de esos ruidos o músicas del entorno. Cada sesión funciona como un bloque sonoro que dura varios minutos y tiene programación horaria. Es decir, no hay repetición automática, no es una instalación en loop. Es una cinemateca auditiva. 

Pero más allá de los nombres individuales de cada pieza, la exposición es un viaje a través de territorios, historias y memorias invisibles. Algunos de los lugares que se pueden visitar en esta experiencia son los monasterios del Himalaya, los glaciares de Groenlandia, otros como los desiertos de Arabia Saudí o las rutas migratorias del Mediterráneo. La obra se siente como un archivo vivo, en el que se entrelazan los rituales, los vientos helados, el rumor de una ciudad amurallada o lo que podría ser el respirar de una montaña.

Los nombres detrás de las voces

A la escucha
Foto cortesía Centro Nacional de las Artes.

À l’écoute es la primera gran retrospectiva de Soundwalk Collective, un grupo internacional que lleva más de quince años explorando el sonido como experiencia política y poética. Detrás de esta instalación están Stephan Crasneanscki, fundador del colectivo y director artístico, y Simone Merli, productor y colaborador audiovisual. La curaduría en Bogotá estuvo a cargo del colombiano Santiago Gardeazábal, y la adaptación visual fue realizada por el artista portugués Pedro Maia, conocido por manipular la película analógica hasta convertirla en textura atmosférica en sus obras artísticas.

Así mismo, la lista de artistas que han colaborado con Soundwalk Collective impresiona: Patti Smith, Willem Dafoe, Natalia Lafourcade, Jean-Luc Godard, Philip Glass, y Abel Ferrara, entre muchos otros. Sin embargo, lo interesante aquí es que sus voces no aparecen como protagonistas, sino como presencias que flotan y acompañan. Algunas piezas, como Lovotic, que va sobre el deseo por conocer el mundo posthumano; o Khandroma, grabada desde los cielos, como la obra lo sugiere, los techos del mundo; se sienten más como meditaciones profundas que como obras tradicionales, pues al final del día es el mismo espectador quien llega asu propias conclusiones sobre aquello que sintió.

La exposición no solo invita a escuchar, sino a quedarse. Hay un muro con publicaciones, libros, vinilos, objetos únicos. Pero más importante aún, hay tiempo. El espacio permite detenerse, respirar, entrar en la lógica lenta de la vibración y quedarse cuanto tiempo guste. En últimas, como dice el filósofo Jean-Luc Nancy, colaborador del colectivo: “escuchar es también una forma de estar con el mundo”.

También le puede interesar: ¿Ya visitó el museo fundado por el pintor Ómar Rayo?

         

INSCRÍBASE AL NEWSLETTER

TODA LA EXPERIENCIA DINERS EN SU EMAIL
junio
16 / 2025