Del Old Parr al humo de Escocia: conversación con un verdadero amante del whisky

Julio Oñate nos contó los pormenores y anécdotas que tiene alrededor de esta bebida oriunda de Escocia, a propósito del Encuentro Internacional de Whisky Lovers 2025 que será del 17 al 20 de julio.
 
Del Old Parr al humo de Escocia: conversación con un verdadero amante del whisky
Foto: WhiskyLovers
POR: 
Óscar Mena

Julio Oñate habla como si tuviera un vaso de whisky en la mano. Cada frase la dice tomándose su tiempo y con cierto misterio que atrapa la atención de quien lo escucha. “Aquí en el Caribe producimos ron, pero tomamos whisky, por eso el whisky en Colombia es tan importante para nosotros”, comenta el barranquillero, que convirtió esta bebida espirituosa en un objeto de estudio del que no se pierde ni una sola clase.

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Este amor espirituoso de Oñate empezó en su juventud: “Los primeros tragos que tomamos de jóvenes, cuando veíamos a nuestros padres y abuelos celebrar, eran whisky”, cuenta. “Esos whiskies que entraron de contrabando en los años setenta, la primera novia que nunca se olvida: el Old Parr. Todavía la queremos, pero ya no es mi única compañera”, comenta con cierta picardía.

Un explorador colombiano en el mundo del whisky

Whisky en Colombia

Julio se define como un explorador que no se casa con una marca. “Yo estoy siempre viendo lo que sale”. Para él, el whisky es un océano lleno de tesoros. “Hoy hay más de 70 países produciendo whisky. Solo en Escocia hay 139 destilerías. Imagínese todo lo que hay por descubrir”, remata.

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Sin embargo, confiesa que en Escocia fue donde se le abrió un universo nuevo. “Allá descubrí los whiskies ahumados”, confiesa. “Ese sabor a humo que viene de la turba… son whiskies que o los amas o los odias. Yo soy defensor de todo lo raro y distinto. Me fascina invitar a la gente a probar lo que no se atreven. Es como abrir un libro lleno de páginas en blanco que uno va llenando sorbo a sorbo”.

La novela del agua de vida

Whisky en Colombia

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Si el whisky fuera una novela, Oñate asegura que se llamaría El agua de vida. “Y el protagonista sería alguien como John Alexander Walker, ese niño de 14 años que vendió la granjita donde nació y se fue a Kilmarnock. Fundó una tienda de abarrotes y hoy es un ícono mundial. Eso es magia, pasión y terquedad”.

Le pregunto si tiene un whisky al que siempre vuelve y se ríe: “No tengo una marca definida, pero sí momentos. Si estoy en el Carnaval de Barranquilla, con sol y música, prefiero un blend con hielo, amigos y desorden. Pero si estoy tranquilo, solo, ahí saco un Oban, ese escocés ligeramente ahumado que siempre me cautiva”.

Desmontar mitos y abrir puertas

Julio odia los mitos, sobre todo uno: “Eso de que este whisky emborracha y este no. Todos tienen alrededor de 40 grados de alcohol. El hígado no sabe qué etiqueta tomaste. Lo que emborracha es el exceso, no la marca. El whisky que da guayabo se llama exceso”, dice y suelta una carcajada.

Mientras se prepara para el Encuentro Internacional de Whisky Lovers 2025, piensa en ceviche. “Aquí comemos mucho ceviche, con notas cítricas. Hay whiskies que tienen esas mismas notas frescas. Estoy seguro de que los chefs invitados van a sorprender con esos maridajes. Tendremos Glenmorangie, Glenlivet, Glenfiddich, Jack Daniel’s y hasta un whisky irlandés irreverente que se llama Waterford”.

Historias detrás de la barra

Whisky en Colombia

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Julio no pelea por marcas. “No sostengo discusiones, prefiero enseñar”, dice. Pero recuerda cuando un cliente le pidió un whisky con leche. “Me quedé frío. Le pregunté si era leche de almendra o deslactosada y me dijo: ‘No, de la normal’. Y bueno, se la serví. Cada quien toma el whisky como le dé la gana, aunque yo prefiero quedarme con la duda de a qué sabía”.

Sobre el encuentro, insiste que no es un simposio para expertos. “Esto es para el que no tiene ni idea. Para la pareja que quiere venir a disfrutar, aprender y salir con nuevos amigos. El whisky no es para crear problemas, sino para unir. Aquí se prueban seis, siete, ocho whiskies por día, pero nadie viene a emborracharse”.

Julio sueña ahora con explorar el whisky latinoamericano. “Ya domino Escocia, Irlanda, Estados Unidos, Canadá y Japón pero quiero aprender de México, Perú, Argentina. Incluso, en Colombia hay un señor en Garzón, Huila, que hace uno llamado Diamantino. Es un Quijote por atreverse a hacer whisky aquí sin respaldo industrial es una locura hermosa”, comenta.

Para quienes creen que el whisky raspa

A quienes dicen que el whisky raspa, les lanza un reto: “Hay coctelería increíble con whisky. Jack Daniel ‘s Honey, por ejemplo, es dulce y sorprende. A veces, solo hace falta un buen truco bajo la manga para enamorar a alguien que dice que no le gusta”.

Cuando termina de hablar, uno siente que no acaba la conversación, sino apenas un capítulo. Julio Oñate no colecciona botellas, simplemente disfruta el momento y qué mejor manera que hacerlo con la mente abierta y siempre dispuesto a aprender nuevas cosas.

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Si quiere conocer a Julio Oñate y tomarse un par de whiskies con él, no se pierda el Encuentro Internacional de Whisky Lovers 2025 del jueves 17 al domingo 20 de julio en el Distrito gastronómico y cultural de Barranquilla, donde podrá disfrutar toda una variedad de whiskies reconocidos y otros no tanto, junto a platos de lujo diseñados por los chefs Manuel Mendoza y Jacobo Bonilla, ambos incluidos dentro de la selecta lista Latin America’s 50 Best Restaurants con Manuel (42) y Débora (100), respectivamente, entre otros chefs. Haga clic aquí para más información.

         

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julio
4 / 2025